El
proceso de aprendizaje puede ser explicado por medio de los siguientes
enfoques: condicionamiento clásico, condicionamiento operante y aprendizaje por
observación.
A. Condicionamiento
Clásico
El
fisiólogo ruso Iván Pavlov (padre de la psicología aplicada) fue el primero en
investigar el aprendizaje por medio del reflejo condicionado. En su
laboratorio, Pavlov advirtió que se colocaba alimentos en la boca de un perro
y, al mismo tiempo, tocaba una campanilla, el animal empezaba a secretar saliva
procedente de determinadas glándulas. Después de varias repeticiones diarias,
el perro relaciono el sonido de la campanilla (estimulo neutro) con el alimento
(estimulo no condicionado) y empezó a secretar saliva con solo escuchar el
toque de la campanilla o ver a la persona que le daba la comida. Pavlov desarrollo un método
experimental para estudiar la adquisición de nuevas conexiones de tipo estimulo
– respuesta. La salivación del cachorro delante de la comida es una respuesta
no condicionada, y la salivación después del toque de la campanilla es una
respuesta condicionada. El estímulo neutro creado al principio por el sonido de
la campanilla se convierte en un estímulo condicionado como señal de que el
estímulo no condicionado (comida) está cerca de aparecer. El condicionamiento
clásico provocó que se formara (o reforzara) una asociación entre un estímulo
neutro y uno reflejo. El refuerzo representa el fortalecimiento de una asociación entre el estímulo neutro o
condicionado y una respuesta condicionada como resultado de la unión de un
estímulo no condicionado con uno condicionado.
B. Condicionamiento
operante
Edward
Thorndike descubrió el condicionamiento operante, también llamado aprendizaje
por prueba y error, y B.F. Skinner y otros realizaron estudios al respecto.
Este aprendizaje también se produce por asociación. El investigador hace la
prueba colocando a un ratón hambriento en una jaula, que tiene una palanca en
uno de los lados. Cuando el ratón advierte que recibe comida puntualmente al
presionar la palanca, la presiona una y otra vez en forma progresiva. Así como
el condicionamiento clásico establece una relación previsible entre dos estímulos (condicionado y no condicionado), el
condicionamiento operante forma una relación previsible entre un estímulo y una
respuesta. Así como el condicionamiento clásico modifica las propiedades de las
respuestas reflejas ante determinados estímulos, el condicionamiento
operante modifica la frecuencia de
conductas (denominadas operantes) que ocurren de forma espontánea o sin que
haya estímulos identificables. Las conductas operantes no son inducidas, sino
emitidas y, cuando responden a cambios favorables en el ambiente (cuando son
recompensados o suprimen el estímulo nocivo), el animal tiende a repetirlas. En
general, la tendencia es repetir las conductas que son recompensadas, y no
repetir las que tienen consecuencias adversas (aun cuando estás no
necesariamente sean dolorosas). Los psicólogos experimentales se refirieron a
este principio simple llamándolo ley del efecto, para mostrar que este dominaba
gran parte de la conducta.
Al
parecer, el condicionamiento operante y el condicionamiento clásico son
contrarios, toda vez que implican relaciones completamente diferentes entre el
estímulo y la repuesta. El condicionamiento clásico consiste en la relación de
dos estímulos, mientras que el operante consiste en la relación entre un
estímulo y una respuesta. A pesar de esta diferencia, las leyes que rigen ambos
condicionamientos son muy parecidas. La sincronización de los tiempos (timing)
es fundamental en las dos formas de condicionamiento. Debe existir un intervalo
óptimo entre la respuesta y el refuerzo, y éste puede variar dependiendo del
tipo de tara involucrada. Las relaciones previsibles también son importantes en
los dos tipos de aprendizaje. En el condicionamiento clásico el sujeto aprende
que cierto estímulo anticipa un acontecimiento posterior. En el
condicionamiento operante, el animal aprende a prever las consecuencias de su
propia conducta.
Ejemplo:
Frente al elevado esfuerzo desplegado, y en vista de las hojas de ventas
alcanzadas por Velarde, el supervisor podría decirle que reconocer su desempeño
u que confía en que llegara a ser un gran vendedor. Esta señal de aprobación y,
a corto plazo, provocaría que Valverde logre mayores ventas.
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